Podemos definir el aprendizaje como una gestión activo de conocimientos. El aprendizaje puede surgir en diferentes momentos y tener diferentes motivaciones:
Las personas estamos constantemente aprendiendo, de manera consciente o no. Según la situación del aprendizaje, podemos diferenciar entre el aprendizaje formal e informal.
El aprendizaje formal es aquel que se realiza de manera consciente, donde se participa de manera activa en una experiencia formativa organizada. Este tipo de aprendizaje suele estar reglado y sigue un meticuloso proceso, cosa que permite evaluarlos. Este tipo de aprendizaje es el que trabajaremos a lo largo de esta guía.
El aprendizaje informal es el que se actúa de manera inconsciente pero constante, y es difícil de capturarlo y hacerlo explícito dentro de la compañía. Son aquellos aprendizajes que se adquieren en nuestras actividades del día a día vinculadas con nuestro trabajo. No están estructurados y por ello no son evaluables, no tienen ninguna titulación, pero siguen siendo igual de importantes, ya que forma parte de la inteligencia colectiva de la organización.
La inteligencia colectiva es la capacidad de razonar, aprender, crear, resolver problemas o tomar decisiones en grupo.
La inteligencia colectiva debería ser una habilidad “individual” imprescindible, un auténtico “superpoder del siglo XXI”. Es esencial para resolver la complejidad del presente y del futuro en que viviremos. Esto es lo que transmite Amalio Rey en su libro ‘El libro de la inteligencia colectiva’.
Todos los días los miembros de las empresas generan, intercambian y gestionan grandes cantidades de conocimiento. Las tareas diarias, las reuniones, los procesos de trabajo… todo ello son conocimientos y aprendizajes valiosos que, si no se saben gestionar, se dispersan entre los empleados y es difícil acceder a ellos de forma efectiva.
¿Qué pasa cuando un profesional abandona la organización si no se han documentado los procesos? ¿Cómo compartimos todo el conocimiento que generamos en nuestro día a día con nuestros compañeros?
Como organizaciones, se nos presenta un gran reto que es ayudar a los empleados a consolidar y compartir el aprendizaje informal. Las oportunidades para el negocio aumentarán si conseguimos que las personas dentro de la empresa compartan de forma regular lo que aprenden en su día a día.
Según Amalio Rey, la inteligencia colectiva es un desafío de diseño, que tiene que ver con los retos que elegimos (que den más juego, que requieren tareas interdependientes); quiénes y cuantos participan (cantidad, calidad, a diversidad de los participantes…); el propio diseño de la interacción; el propio relato del proyecto (que contribuirá más o menos a la motivación colectiva y las “dinámicas bien engrasadas”). La confianza, el talante, la motivación son muy importantes y pueden tener más incidencia que la capacidad intelectual.
“Cuando mejora la habilidad de un grupo para comunicarse, cambia el tipo de cosas que pueden hacer.”- Clay Shirky
Amalio Rey señala como el management ha descuidado el impacto que tiene la afectividad. “Cuando en la persecución de un objetivo común, el grupo consigue complementar la efectividad con una cultura del cuidado de los otros, la inteligencia se dispara”. Y es que ya sabemos que el comportamiento irracional, tanto positivo como negativo, impacta claramente en la afectividad.
Con esta premisa, queremos reinaugurar las #OpenFoxize, charlas en abierto con expertos. Junto con Amalio Rey (autor de El libro de la inteligencia colectiva) y Albert Garcia Pujadas (Co-fundador y CEO de Foxize) se abordarán diferentes maneras de abordar y potenciar la inteligencia de las organizaciones con retos y proyectos cada vez más complejos y que generan grandes tamaños de información colectiva.
Qué vas a aprender
Inscríbete gratis
Te esperamos el miércoles 4 de mayo a las 17h.