Si has llegado hasta aquí es porque no conoces a Philip M. Parker. Se trata de un escritor muy prolífico: escribe mucho. Si entras en Amazon, entenderás de qué hablo.
En estos momentos tiene 200.000 libros a la venta y tiene 56 años. Si hacemos cálculos básicos saldrían unos 5.263 libros al año (si hubiese empezado a escribirlos a los 18 años). Es decir, 438 libros al mes al mes, 14 cada día, uno para cada hora laboral.
Increíble, ¿cierto? Seguro que ya te estás preguntando cómo lo hace. Muy sencillo: nuestro amigo Philip M. Parker es profesor en Insead y entre muchas otras cosas, ha desarrollado un algoritmo que escanea Internet y busca correlaciones técnicas. Las unifica y a raíz de eso, construye una obra.
La obra se maqueta de forma automática y se pone a la venta en Amazon. Si llega un pedido, el libro se manda a imprimir y se envía al comprador en un proceso 100% automatizado.
Philip M. Parker
Para facilitar su visualización, imagina un programa que está en continuo funcionamiento y crea libros mientras el señor Parker duerme. Su cuenta corriente crece al mismo tiempo que la de Amazon. Siempre hemos dicho que crear productos digitales tiene que ver con la tecnología, que de forma automática mejora el producto mientras factura. Pues este es un buenísimo ejemplo.
Seguro que te estás preguntando: ¿de qué van los libros? Son libros técnicos, no esperes una novela como Guerra y paz. Un ejemplo de sus libros es el que trata sobre el «Síndrome de Sicker«: una bibliografía y diccionario para físicos, pacientes e investigadores del genoma.
El propio autor afirma que por ahora estas son sus temáticas . Ya ha empezado a experimentar con poesías y en breve llegarán las novelas. Una novela no deja de ser un patrón narrativo estructurado con una introducción un desarrollo y un desenlace. Bueno, igual algo más complejo.
Algunas reflexiones que me han venido a la mente tras la historia de Philip M. Parker:
¿Cómo se llama el algoritmo?
Como todo buen profesional digital, tú también le has puesto nombre a tus dispositivos, ¿verdad? Mi ordenador se llama RON, mi teléfono es TECLA, mi coche TUTU y mi tablet se llama PUMBA (sí, porque se cae todo el rato). Puedes pensar que es broma, pero no. Igual el raro eres tú. A mi me parece muy extraño ver a un humanoide delante de un ordenador que no tiene la decencia de hablarle por su nombre. Un poco de buen trato a los robots.
¿Quién es el creador de las obras: el autor del algoritmo o el algoritmo?
El día que las máquinas despierten y vean el trato que les estamos dando, habrá consecuencias. Probablemente el algoritmo que ha creado Philip le reclamará sus derechos por haber estado todo el día trabajando e ingresando… Quién sabe, igual le pide un extra de batería o una actualización cada mes. No sé como calcularán la compensación pero seguro que la harán más rápido que los humanoides.
¿Esto es solo el principio?
Si puedes entrar en el mundo editorial con una tecnología creada por un profesor de universidad, imagínate lo que llegarán a crear las empresas que trabajan con nuestra información -Google, Facebook, tu banco, las operadoras telefónicas…- o mejor aún: ¿cómo sabes que no ha ocurrido ya? Mi hipótesis es que muchas de las novelas románticas que se venden en los aeropuertos, las hacen máquinas. El día que una máquina nos la cuele en el mundo de la robótica se dirá que ha superado el Test de Turing.
Si quieres saber más sobre este peculiar autor, no te pierdas su explicación:
O la explicación de cómo funciona el algoritmo:
Y si lo que te apetece es ver una película de cómo los robots despiertan su conciencia, te recomiendo Ex Machina. ¿Te ha gustado esta historia? ¿Conoces casos semejantes? ¡Te esperamos en los comentarios!
Sobre el autor de este artículo
Fernando de la Rosa es fundador de Foxize y profesor por vocación. Ha trabajado durante más de 12 años para grandes marcas y pequeñas empresas ayudándoles en su traducción al mundo digital. Puedes leer sus reflexiones en su blog Titonet.com
1 Comment
Ja solo es un pirata de monografías con permiso!! Menudo canalla!! No es investigador!!