Lo más probable es que hayas escuchado que la tecnología en sí es neutra, y son nuestros actos – cómo la usamos y para qué fines – lo que determina si es buena o mala. Es decir, que nosotros mismos somos los responsables de cómo nos relacionamos con la tecnología y cómo esta nos afecta.
No todo el mundo piensa así, y tienen sus razones. Tristán Harris, exingeniero de Google, alerta desde hace unos cuantos años (concretamente desde 2018), que la tecnología no es neutra, sino más bien perjudicial.
Y es que detrás de la mayoría de la tecnología que usamos en nuestro día a día hay un equipo y una organización con ánimo de lucro con una clara intención: encontrar la forma de persuadir a la gente para provocar una mayor atención hacia sus productos. Esto quiere decir que la tecnología está diseñada para secuestrar nuestra atención y vulnerabilidades psicológicas.
Según Harris y otros ex trabajadores de grandes empresas tecnológicas, lo que nos pasa con la tecnología no es solo culpa nuestra, es que está diseñada para quedarse con nuestra atención.
Un claro ejemplo son las redes sociales. TikTok, por ejemplo, tiene un algoritmo que estudia al usuario – sus gustos, sus preferencias – y sugiere de forma continua contenido que le interesa, capturando su atención de manera indefinida y casi infinita. Teniendo la atención completa del usuario, TikTok puede así mostrar publicidad constante a sus usuarios, y conseguir beneficios. Esto pasa con cualquier red social, Instagram, TikTok, Twitter, Youtube…
En definitiva, la tecnología no es neutra, ya que está diseñada con una intención, y nos afecta a nuestro bienestar. Por eso puede llegar a ser tan difícil desconectar digitalmente.
Antes de actuar, primero es conocer cómo es tu relación con la tecnología.
Haciendo el test de desconexión digital, podrás conocer cómo te comportas con la tecnología los ámbitos personales, relaciones, domésticos y laborales, y valorar qué necesitas.
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